jueves, 23 de junio de 2011

CASADITA


Casadita soy, casada,
en dorado cautiverio,
que en los brazos del esposo,
sueño con amor ajeno.

Ay cómo duele en el alma,
cada abrazo y cada beso,
cuando el cuerpo se doblega,
yendo libre el pensamiento.

Ay cómo a la lejanía,
cada anochecer regreso,
sólo en fragancia vestida,
flotando al aire el cabello.

En ofrenda de caderas,
y de muslos, y de senos.
amante, tan inmediato,
que te absorbieron mis huesos.

Y tan distante que nunca,
logran tocarte mis dedos.
amante, que tantos años,
te esperé, como te espero.

Sólo enteramente mío,
cuando dormida te sueño,
no sé si fuiste honrado,
o viniste a mi fingiendo.

Pero sin llegar llegaste,
y sin tenerte te tengo,
y el día, clara sonrisa,
la noche, oscuro silencio.

Destellos de primavera,
melancolías de invierno,
todo fluye en mudo llanto,
canta en amargo lamento.

Viendo un cuerpo equivocado,
al otro lado del lecho.
¿quién yace a tu lado, dime,
deshojándose en requiebros.

Revistiendo los suspiros
en la humedad de tu aliento,
ay, cómo se va la vida
tan veloz, igual que el tiempo.

Cabalga semidormido,
sobre tortuga de viento,
remolcando tu llegada,
¿y vendrás? mira que espero.

Sin preguntas, sin promesas,
sin exigencias, sin ruegos.
ven, mi carabela de oro,
a fondear en mi puerto.

Aunque debas levar anclas,
y hacerte a la Mar de nuevo.

Francisco Alvarez Hidalgo