Hay sobre tu frente una aureola,
que pregona las bondades de tu alma,
eres Madre amante y soñadora,
para mi triste vida, cariñosa calma.
Si yo a ti cantar pudiera,
con dulce música del Cielo,
un poema tan hermoso te escribiera,
que al oírlo hasta Dios sintiera celo,
entre las cosas bellas de esta vida.
Dios te hizo a ti Madre la primera,
y si yo dudara de tu presencia venerada,
bastaría sentirte a ti para que en El creyera,
eres Madre por tu amor y sacrificio,
una Santa que en la tierra posa,
y en este mundo que es de errores y de vicios,
eres Madre, el aroma de una rosa.
Griselda Mexico.
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