lunes, 8 de febrero de 2010
¿QUE ME DICES?
Me hablas de tu deseo de comerme, y que ese comerme está directamente relacionado con tu deseo de morderme, y besarme.. y morderme… y lamerme… y morderme…
Quieres que no me inmute? No pretendas nada inamovible en mí cuando tus palabras provocan, cuando tus palabras y tus deseos desatan los míos…
Me gusta saberte ansioso de mis labios sensuales según tu, así, con ganas de morderlos, y succionarlos, y besarlos… y morderlos nuevamente.
Yo digo… mmmmmmm… mejor vuelvo al tema del abismo… o del precipicio que nos tira al centro, al exacto punto donde entra en ebullición la tierra, y el ser… morder… morder… dolor, placer… motor de impulsos cuando se hace a trocitos en recorridos de una anatomía entregada a disfrutarlos, dispuesta a sentir y vibrar en cada placentero dolor que se hace imperceptible…
Sabes que me provocas? Ganas, y lascivia, y deseo, y sentir que me quemo por dentro… todo junto… porque las mordidas son el comienzo, son el preludio de conocerte mas… de que mi interior sepa más de ti y tu virilidad… justo en el momento en que el centro de mi flor cobra vida… y se aroma de fragancias inalteradas y únicas… mezcla de piel, sudor, fluidos y ansias…
Puedes morderme sin tocarme? Haz de cuenta que tus manos están esposadas atrás… no me escaparé… pero no puedo prometer quedarme imperturbable ante tus ganas… yo también sé morder…
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